sábado, 17 de enero de 2009

Me siento a esperar? Quizás...

Quizás, yo también me siento a esperar...
Angels
Me siento a esperar
¿Contempla un ángel nuestro destino?
¿Y saben ellos donde vamos cuando nos ponemos viejos?
Porque me dijeron que con la salvación se revelan sus alas.
Entonces cuando estoy recostado en mi cama, con muchas ideas cruzando mi mente,
y siento que el amor ha muerto.
Prefiero amar ángeles.
Y con todo ella ofrece protegerme,con mucho amor y cariño.
Tenga yo la razón o no
Y sea debajo la cascada o donde quiera que me encuentre,
sé que todo estará bien,
porque cuando yo la llame ella no me abandonará.
Prefiero amar ángeles.
Cuando me siento débil y mi dolor camina por un camino sin regreso.
Miro hacia el cielo.
Y sé que siempre estaré bendecido con su amor.
Y mientras crece mi sentir,
ella repone la carne en mis huesos.
Y cuando el amor está muerto.
Prefiero amar ángeles.
Y con todo, ella ofrece protegerme, con mucho amor y cariño.
Tenga yo la razón o no .
Y sea debajo la cascada o donde quiera que me encuentre,
sé que todo estará bien,
porque cuando yo la llame ella no me abandonará.
Prefiero amar ángeles.


Más acá del horizonte


Últimamente me inquieta el futuro, aunque pretenda que no sea así… pero somos lo que somos y aparecen los miedos, la incertidumbre, las preguntas, y que sé yo cuantas cosas más… He tenido que recordar que el horizonte está aquí. Os dejo un poema de Mario Benedetti para que lo recordéis conmigo.


MÁS ACÁ DEL HORIZONTE
Más acá está la siembra/ están los sueños
una infinita colección de rostros
la liturgia del mar y sus arenas
están los fuegos y está la ceniza
las inauguraciones y los ritos
las redes de la vida y la sencilla
la incorruptible muerte/ la de todos
el horizonte/ borde espurio y flaco
frontera del futuro/ nada en cierne
es un enigma manso/ tan hipócrita
que no asume su rango en el espacio
el horizonte es filo inofensivo
y sin embargo hiere desde lejos
las gaviotas lo asumen lo acompañan
y la noche lo cubre como puede
pero su línea nos persigue inmóvil
en la vigilia y en la duermevela
más acá está tu vientre tu espesura
la corteza del árbol que olvidaste
el espasmo imprevisto de los celos
las rondas de tu sangre/ tus indultos
tus muertos y los míos/ la campana
que se queja doliente en su clausura/
tu estilo de vivir o de apagarte
más acá estoy yo mismo/ fanal tenue
que no ilumina ni desvela a nadie
escaso de propuestas y de súplicas
con mi cuerpo vulgar siempre a la espera
de tu cuerpo leal/ ese desnudo
más acá estoy yo mismo/ confundido
como un crédulo espejo sobre el agua
y no reflejo olas sino antorchas
que inventé como un juego y ya no invento
el horizonte mientras tanto vive
de su salitre y sus amaneceres
la ojeada del alba lo despierta
lo introduce flamante en el mercado
de luces de tinieblas y de sombras
el horizonte cesa cuando llueve
velado tras un llanto que no es suyo
o simplemente cuando tu mirada
deja de vislumbrarlo enceguecida
el tiempo en cambio no se esconde/ ocurre/
nos deja turbios y turbados/ pobres/
desengañados de éstas y otras ferias
de otros huecos de dios y otras visiones
la verdad es que todo lo que amamos
todo lo que nos duele y lo que somos
existe más acá del horizonte.

Mario Benedetti