sábado, 19 de diciembre de 2009

Carmencita, mi tía linda


No pensaba escribir nada hasta el lunes, pero en este retiro rural tengo la posibilidad de hacerlo.
El sol ya se está ocultando y el frío ahí fuera ya empieza notarse, así que dentro y al calor del hogar es en donde más confortable se está.
Ayer he cenado con 30 mujeres y me llevo la ternura de mi madre y de mi tía Carmen…Os hablaré de ella.
Ya ha cumplido 80 años, es la hermana mayor de mi padre y me une a ella un inmenso cariño, los recuerdos de mi infancia relacionados al pueblo están unidos a ella, nunca le estorbábamos aunque ella tenía cinco hijos, cuatro más no la incordiaban…era una protectora y diría que la “reina de la paciencia”…
Morenaza de ojos grandes, incansable, timón de su casa y familia, ahora curtida por el esfuerzo y los años no deja de ser un referente de ternura y cariño para mi. Nos vemos poco pero cuando lo hacemos es como si “ayer” fuese la última vez, renace la conversación, los arrumacos y las complicidades como si el tiempo y los avatares no hubiesen pasado, ni para ella , ni para mí.
Carmencita es mucha Carmen…me apena al verla con sus problemas de movilidad, pero ella no da cabida a los lamentos o malas caras.
Ayer con mi madre al lado y a ella enfrente he tenido la sensación de sentirme una niña “mimada” y querida.
Soy una privilegiada de la vida, tengo referentes inmejorables y también siento que yo nunca sabré estar a la altura de lo mucho que he recibido.
Ella no leerá esto… pero le diré TE QUIERO… es lo que siento.
No penséis que soy una petarda eh!!