domingo, 15 de febrero de 2009

Hoy tengo una espina


Ayer hablaba de las flores , las hay , pero también podemos encontrar espinas, y ya se sabe lo que una espina puede hacer, hiere, hace sangrar y hasta puede durar la herida algún tiempo. Acaba curando, con cuidados o sin ellos.
Hoy tengo una espina.
Me cuesta y me duele, y mucho, tener que poner a alguien en su sitio. Me intranquiliza, pero lo hago.
Creo que es intocable la libertad y el respeto que se merecen los demás.
Nadie tiene derecho pedir a los otros lo que a uno le gustaría que hiciesen.
El que da tiene que aprender a no esperar nada a cambio, o sino que no lo dé. A mi me han dicho siempre mis padres que la generosidad estaba en eso, que lo demás era interés o complacencia.
Las necesidades de protagonismos y ser ombligos a quien todo el mundo tiene que mirar solo nos lleva a la soledad, porque nadie aguantará la imposición.
Existen los “no puedo” y los “no me apetece” y los “no quiero” y hay que respetarlos.
El tiempo y las circunstancias acaban haciendo el retrato de cada quien, y llega la decepción, la desilusión y el sentir que te has equivocado en la apreciación.
Pero … se pasará y algo bueno vendrá.