Ayer ha sido un día entrañable… y hoy he paseado por el centro de mi ciudad… el calor todavía no era excesivo y es la oportunidad de holas, hasta luegos y alguna parada para dar un abrazo y ponernos al día de cómo estamos… yo casi nunca me quejo… y si lo hago es en lugares más íntimos…quizás no me queje para no oírme y sentir cierta piedad de mi misma…lo que necesito es mantener la ilusión, cierta esperanza y la tranquilidad… evito la crispación, porque no soluciona nada y simplemente crea amargura.
Hay gente que se queja, y a veces mucho…hay razones en algunos casos, pero en la mayoría simplemente es querer poner acentos en lo que nos va regular y no ver, ni querer destacar las fortunas que tenemos.
Perder el sueño por un examen, no tener horas de ocio para broncearnos, tener que trabajar en domingo, que el coche se haya averiado, que los niños ya no tengan clase por la tarde…a mi la verdad, me parece que non son aspectos para lamentarnos… simplemente son contratiempos o vicisitudes más o menos incómodas… pero no son merecedoras de que nos sintamos mal o quejumbrosos.
Yo prefiero pensar y recrearme en lo bueno que tengo…quizás sea porque lo malo es muy doloroso… y hurgar en las heridas no deja cicatrizarlas.
Hoy sufriremos otro día de calor… pero como tenemos sombras y agua para refrescarnos para qué quejarnos,¿ no os parece?
** A música dos 80. Todo tipo de música.
Hace 9 meses