Hay cosas que por habituales quizás ya no las catalogamos en el MAL, pero lo son.
Los celos, la envidia, el egoísmo, ambiciones desmedidas, el afán por tener y parecer, los resentimientos, el odio…
Estos sentimientos crean actitudes y pensamientos negativos y perdemos el control sobre ellos y lo peor es que dañan a terceros.
Nunca entenderé que se usen las energías negativas para desear el mal y hacer daño a los demás.
Del daño solo puede salir dolor y este nunca trae nada bueno.
Descubrir que se emplean tiempos en planear y proyectad maldad me descorazona y poco a poco pierdo la inocencia… se me desmorona la creencia de que lo bueno abunda y que acaba con el mal.
Empiezo a sentir miedo de lo maligno porque a veces está y no sabes que está, simplemente lo sufres y así es imposible presentarle cara y defenderte.
Las mentes perversas y ruines utilizan su fuerza para atacar, desestabilizar y hacer daño, es más, creo que hasta sienten placer con sus quehaceres malévolos, y en una sociedad tan hedonista no necesitan más motivos para sembrar la inquietud y el sufrimiento.
El mundo de lo esotérico está de moda…ya no es cosa de películas o ficción… es todo un negoción y a mi todo esto me inquieta porque no lo entiendo ni le encuentro una explicación racional…
Ojalá utilizásemos todas nuestras energías para hacer el bien… solo así podríamos alcanzar a vivir en un mundo más perfecto.
** A música dos 80. Todo tipo de música.
Hace 9 meses