A las acciones de los malvados las persigue
primeramente la sospecha,
luego el rumor y la voz pública,
la acusación después y , finalmente, la justicia.
(Cicerón.)
primeramente la sospecha,
luego el rumor y la voz pública,
la acusación después y , finalmente, la justicia.
(Cicerón.)
Y los fuegos destruyen, abonan y hasta purifican.
Ah!!! y calientan.