lunes, 3 de agosto de 2009

La muerte de los que quieres...

Alguien a quien conocía ha muerto… era joven y me da mucha pena, pero no soy capaz de sacarme de la cabeza a su madre y a su hermana, quizás sea porque sé del dolor que supone que alguien a quien quieres pierda la vida.
Las causas son lo de menos… solo cuenta que quien se supone tenía una vida por delante la ha perdido.
Esa madre será una más en sentir que las noches son eternas, que vive los días sin saber vivirlos, que ya no sabe lo que son ilusiones de futuro y que el presente resulta muy amargo.
Las palabras de consuelo no reconfortan, tan sólo el tiempo y las ganas de no morir en vida irán dulcificando su alma.
A veces desearía creer en el cielo para que los que nos dejan tengan un buen y feliz acomodo… pero me temo que lo único que van a tener es el recuerdo, siempre cariñoso, de su gente.
Tengo que admitir que la muerte de los que quiero me asusta, me machaca y hasta hace que dude de mi salud mental. Aunque sé que luego la vida sigue y que no nos venga todo lo que podamos soportar… pero pensarlo… ay madre…
Cada uno tienen sus traumas y sus miedos…