lunes, 23 de febrero de 2009

Somos constructores de nuestro mundo


Ayer ha sido un día hermoso…
El sol y la buena temperatura caldeaba los cuerpos y los corazones.
Pero la hermosura como la felicidad no vienen del exterior, está en uno mismo, en la forma de vivir las cosas, de sentirlas, de apreciarlas y de transformarlas en manjar para nuestra alma.
He estado en la sierra enseñando paisajes y casas a alguien que parece está interesado en comprarlo y realizar un proyecto… me ha gustado a quien he visto, era ilusión, empuje y con un toque de romanticismo. Haré todo lo posible para facilitarle las cosas.
Cada vez que voy a la sierra y revivo lo que ha sido para mi, emocionalmente paso “apuros”…quiero esquivarlos… pero no lo logro. Quizás tenga que ir más a menudo y hacer ejercicio de aceptación. Todo aquello formaba parte de un sueño y ya es hora de asumir que ya no puede ser. Que sueñen otros y que lo logren.
Cuando he vuelto a casa ha seguido la magia de lo bonito. Mi niña y yo ilusionadas preparamos un guiño de cariño y ternura para alguien que está hoy de cumpleaños, y casi nos desbaratan la sorpresa, pero cuando algo es sincero y sentido no puede fracasar.
Surge el apoyo y los puentes de enlace… y hemos podido emocionar a la persona a quien le queríamos hacer sentir nuestro afecto. A mi me llama exagerada y a la niña le dice que es su mejor regalo. Está equivocada en algo, yo no exagero, simplemente soy justa y digo lo que pienso.
Quizás estamos poc@s aostumbrad@s a que nos digan lo bueno que tenemos, yo no tengo pudor en observarlo, aceptarlo y decirlo; es más, me gusta y me sienta bien hacerlo. Creo que hacer fuerza en las flaquezas de l@s otr@s es una estupidez, se desaprovecha lo que puede unirnos y hacernos fuertes individualmente y en las causas que podemos tener en común.
La vida son ratitos de felicidad , así que yo quiero aprovecharlos y vivirlos. Los momentos de amargura aparecen por si solos y a nosotros nos corresponde buscar los momentos satisfacción y tranquilidad.
Que tengáis un buen día.