domingo, 8 de noviembre de 2009

No diré nada, no haré nada, me alejaré…


Tres días… desencantada y triste… tanto control, tanta planificación matan la espontaneidad y la transparencia.
Quizás complejos, quizás la necesidad de quedar bien con todos, quizás necesidad de sentirse escalón arriba de los demás…
Todo eso mata sentimientos, emociones, franquezas y cercanías…
El que todo lo quiere sin nada queda antes o después.
No diré nada, no haré nada, me alejaré… y es más, no sufriré.
(Diario de una neurasténica )