viernes, 5 de marzo de 2010

Desprecio...


Hay orgullo, absurdo y estéril orgullo, lleno de recelo, de venganza muda, de indiferencia calculada y quizás de miedo.
Un guiño hace daño, una sonrisa no menoscaba nuestro orgullo, no nos hace débiles, en todo caso humanos.
Queda el injusto y frío desprecio, más allá de la razón, a las puertas de un absurdo miedo.