martes, 25 de agosto de 2009

Te quiero mi niño

Hay una persona que todas las mañanas lee mi blog, a veces opina, y otras muchas no. Yo creo que una de las causas de porque lo hace es como un saludo de buenos días y saber como me siento. Vive en Lugo y quizás la distancia le haga creer que no se entera de todo lo que acontece por aquí.
Os contaré algo, cuando nació yo pensaba que era imposible quererlo con la misma intensidad que a su hermano mayor, que ya tenía 2 años y que había sido el primer hijo, el primer nieto y el primer sobrino…
Se piensan muchas tonterías e insensateces cuando tienes poco más de 20 años…
Al ver su carita morena y sobre todo su boquita redondita , me dije, que poco sabes Isabel de querer o no querer… porque sentí las mismas emociones y ternura que en el nacimiento de mi primer sobrino.
Oscar, que así se llama, nació con tanta curiosidad y actividad en su cuerpo que nos traía en jaque a todos los que estábamos a su lado. Sigue siendo el mismo, pero como ha crecido sopesa las consecuencias y ya no pasea por las cornisas de su casa… ni se tira detrás del helado que le ha caído en las rocas…ni le hace preguntas a los viandantes que se cruza…ni se lanza en aventura escapándose de la “guardería” para poder ir en autobús … experimenta, pero de otra forma.
Supongo que la vida va serenando su parte de Quijote…y ha aprendido que controlando su vehemencia lo que hace es más efectivo.
Yo lo quiero muchísimo y admiro lo que hace y lo que es… en las distancias cortas o en la lejanía siempre será lo mismo para mí.
Me siento muy orgullosa de él y de sus hermanos… son diferentes y complementarios y en cuestiones de quereres no hay ni más ni menos cantidades, hay iguales intensidades.
Te quiero mi niño.