miércoles, 9 de diciembre de 2009

La Edad

Se creen algunos mayores que por serlo, lo saben todo.
Se creen ciertos jóvenes que por serlo, son mejores.
Ni unos ni otros poseen la verdad.
La palabra “viejo” no debería ser un insulto o menosprecio.
La palabra “joven” no tendría que ser símbolo tantas veces de condescendencia y desprecio.
Lo justo, lo sensato e inteligente sería darle a unos y a otros el valor e importancia que se merecen.
Hay mayores que sí son viejos porque nunca han sido jóvenes, y hay jóvenes que siempre serán viejos…
A mi me gusta mi edad porque gracias a ella he tenido la oportunidad de ser un poco menos ignorante, cada arruga tiene un significado de vida y experiencia emocional y que el metabolismo se relentice también significa que la mente ha madurado y utiliza la razón y al corazón en las mismas proporciones.

Me dijiste vieja un día
y me miré en el espejo,
vi arrugas en mi cara
y blanco todo mi pelo.
Miré mis pies que caminan
con pasos cansados, lentos,
pero con risa burlona
también le dije al espejo:
Que me importa que mis píes
no caminen ya ligeros.
Que haya arrugas en mi frente
y nieve en mis cabellos
si mi corazón está
como pájaro en su vuelo
y quiero subir muy alto
llegando hasta los luceros.
Qué me importa que la vida
sus huellas clavara presto
con zarpazos que dejaron
marcado todo mi cuerpo,
si en mi alma todavía
hay voces de cancionero,
las ilusiones de niña
aún me brotan en el pecho
y quiero como la alondra
cantar sin prisa, sin miedo,
a las flores, a la vida,
al sol, la luna y el viento,
a la vida porque es bella
como regalo del cielo.
No digas que ya soy vieja
porque los años del cielo
en su paso por mi vida
dejaron huella en mi cuerpo,
que en mi corazón de niña
¡¡ LA PRIMAVERA NO HA MUERTO !!
(Leo, gallega y residente en Almuñecar)