
Llegabas para llenarnos de ilusión y ternura… eras un niño precioso y desde el comienzo nos distes muestras de que querías tenernos pendiente de ti… comías poco, nos embadurnabas con los restos de tu biberón… tu mirada, tu sonrisa y tus gestos nos tenían a todos locos… Nos peleábamos por tenerte en brazos o cuidarte… por primera vez vi a los abuelos haciendo lo que querían realmente, te mimaban y creo que mal criaban… siempre se lo he dicho…
Crecías y a nosotros no se nos iba la tontería, presumíamos de niño…disfrutábamos contigo, a mi me encantaba sobre todo la hora del baño… ¡qué lindo estabas!
Vino la guardería, luego el colegio y afición por el deporte… eras tranquilo en todas partes excepto jugando al futbol … protestabas, hablabas y siempre intentamos corregirte, pero nunca nos hacías caso…
Que te quiero ya lo sabes, siento un agradecimiento infinito por protegerme, cuidarme o acompañarme y no sé yo si te lo demuestro suficientemente… Me siento muy orgullosa de la persona que eres aunque sé que te quedan muchas cosas que aprender y sé que lo harás porque eres un hombre de bien, en lo que más destacas es en tu gran corazón y en la facilidad que tienes en sentir afecto hasta con los más opuestos a ti.
Verte feliz es mi mayor y mejor deseo, no podré estar ahí otros 33 años, pero da igual, disfrutaré de ti mientras dure.
Te quiero y ya está.
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