domingo, 25 de octubre de 2009

La gotera

En el deteriorado tejado de mi casa hay una gotera que se hace inmensa…
Con la cantidad de agua descargada ayer por la tarde y noche la gotera me ha visitado, y como siempre, es inoportuna y fastidiosa.
La comparo con ese dolor que martillea una y otra vez el débil estado emocional de alguien que sufre una pérdida. Golpea la herida y no sólo no cura, es que la hace más grande.
La gotera se soluciona con una buena reparación… las heridas del alma cuesta más.Cualquier roce, un mínimo golpe, o simplemente hurgar en ella para hacer la cura diaria duele, y duele mucho. Pero, es necesario

1 comentario:

ourensan@ dijo...

Sin agresiones al cuerpo, al alma, al sistema inmunológico, no se crean defensas. ¿Para qué postergar la crisis, si luego será más grave?

La tristeza es la esplada de la felicidad, son siamesas que no se ven nunca, pero que no pueden vivir por separado.

Eso creo.